Mensaje de Ziad Medoukh

Ziad Medoukh: poeta palestino,
profesor de la Facultad de Francés de la Universidad Al Aqsa de Gaza,
y decididamente no violento.

Hola desde Gaza la destruida y Gaza la devastada.

Creedme: mi determinación, mi valor, mi resistencia, mi paciencia y mi optimismo no pueden superar mi absoluta angustia.

Después de casi cuatro meses desde el comienzo de esta horrible agresión de la ocupación contra la población civil de la Franja de Gaza, la situación aquí es cada vez más catastrófica y aterradora.

La vida tiene un sabor amargo. De hecho, no hay vida en Gaza. La vida está totalmente paralizada.

No hay nada: ni alimentos, ni agua, ni medicinas, ni electricidad, ni gas, ni leche, ni pan, ni fruta, ni verduras, ni carne, ni pollo, ni pescado, ni transporte, ni vivienda, ni perspectivas. Miles de alumnos se ven privados de sus clases, y decenas de miles de estudiantes se ven privados de sus estudios.

Soy infeliz, sufro a diario como todos los habitantes de esta región devastada, abandonada a su suerte por una comunidad internacional oficial cómplice. Y estoy soportando lo insoportable.

Es cierto que he vivido muchas guerras, agresiones, ofensivas y carnicerías. Pero nunca había vivido una situación tan horrible desde niño.

Actualmente me desplazan de un barrio a otro y de una casa a otra adonde parientes y primos, porque los bombardeos se suceden día y noche por todas partes en esta prisión abierta y cerrada, y los tanques pueden llegar a cualquier barrio en cualquier momento.

El problema es que en cada casa viven entre 30 y 40 personas, tanto residentes como desplazados, y tenemos que hacer frente a esta situación excepcional. Me he quedado sin hogar y tengo que aceptarlo todo en estas casas de acogida.

No puedo leer ni escribir en estas casas, por el ruido y la presencia de decenas de personas. Además, perdí mis ordenadores y mi biblioteca con sus 3.000 libros franceses cuando mi piso quedó destruido a principios de diciembre del año pasado, y no he podido salvar nada de mis pertenencias, mi ropa, mis diplomas, mis libros publicados, mis investigaciones y cursos.

Por la noche, no puedo dormir, pienso en mi hermano asesinado con toda su familia, y lloro solo, vuelvo a mis bellos recuerdos anteriores a esta agresión, intento soñar y esperar un futuro mejor, pero es en vano.

Yo, que solía levantar el ánimo a jóvenes y niños traumatizados de Gaza, me he quedado consternado y traumatizado por la sucesión de trágicos acontecimientos que han golpeado a mi familia y a todos los ciudadanos de Gaza en los últimos meses, y no encuentro a nadie que enjugue mis lágrimas ni calme mi enorme rabia. Mi corazón sangra todo el tiempo.

Creedme, no soy pesimista y amo la vida como todo el pueblo palestino, ¡pero la situación aquí es inimaginable, inaceptable y horrible!

Aquí la gente ha empezado a morirse de hambre. Imaginaos, no hay panaderías, tiendas, farmacias, restaurantes ni cafés abiertos.

Y lo peor es que la gente aquí está muy triste, están preocupados por su trágica vida cotidiana, piensan en sus seres queridos desaparecidos e intentan encontrar comida y agua para sus hijos, nadie habla con nadie, nadie conversa, nadie sonríe, todo el mundo está en estado de shock. En todas las familias hay muertos, heridos, desplazados y casas destruidas.

A veces me pregunto cómo se las arregla la gente de aquí para sobrevivir y seguir existiendo.

Diciembre de 2023 fue un mes oscuro para mí, con el asesinato de mi hermano y de toda su familia, la destrucción de mi piso y de nuestro edificio, y el hecho de tener que abandonar mi barrio para buscar refugio en casa de parientes.

Necesitaría páginas y libros para describir nuestra dificilísima vida cotidiana bajo las bombas y en estado de shock ante esta catastrófica situación humanitaria y este desastre sin precedentes, y sigo pensando que no estoy vivo, porque veo la muerte mil veces al día, aunque no le tengo miedo a la muerte. Sin embargo, me preocupa nuestro futuro.

Lo positivo de todo esto, que me hace sentir orgulloso de mí mismo, es que no siento odio.

Abrazos palestinos de Gaza, que ya no es Gaza,
y de Ziad, que ya no es Ziad.

Gaza, viernes 26 de enero de 2024