MUERTE (¿Y RESURRECCIÓN?) DE GAZA
Muere un niño cada 15 minutos
Más de 1.000 niños y niñas han muerto en 11 días de ataques aéreos en la Franja de Gaza, lo que equivale a uno cada 15 minutos (Save the Children, 17 de octubre de 2023).
Gaza es básicamente un jardín infantil amurallado que está siendo bombardeado hasta los cimientos (Avaaz, 18 de octubre de 2023).
Les olivos siguen creciendo en Gaza
Hechos dolorosos,
crímenes repetidos,
desgracias prolongadas
que jalonan la vida
en esta prisión al aire libre,
en este enclave olvidado,
en esta jaula abandonada a su suerte.
Gaza de brazos cálidos,
de dedos generosos,
Gaza la ciudad milenaria
olvida las últimas lágrimas de su corazón,
las profundidades de su dolor,
piensa en la vida, no en la muerte.
Gaza, la vida resiste todavía,
olvida el miedo,
la violencia, los años negros y la guerra,
supera sus heridas,
la injusticia prolongada, las masacres perpetradas,
el silencio cómplice, y sólo la mirada,
ante la impunidad del agresor,
Gaza, el orgullo de los solidarios
que llevan consigo el peso de la esperanza.
Existe por la llama de la esperanza,
su paciencia extraordinaria
y su coraje ejemplar.
Su resistencia derriba todos los muros,
espera días mejores.
Espera sin cesar
con sus olivos que siguen creciendo.
Estos olivos con su aroma de sol y de luna
apuntan al horizonte perfumado,
crecen por todas partes en Gaza,
junto a los ríos,
junto al mar,
bajo las llanuras,
en las cimas de las colinas,
en las profundidades mezcladas de su edad
con reflejos de oro y de sombra.
Nuestros olivos acarician arenas y piedras,
tocan almas y corazones,
son una melodía para el canto legendario
de un ave migratoria.
Siguen dando fruto, aceite y victoria
a pesar de la atrocidad de un agresor ocupante
que vive en plena noche oscura.
Sí, nuestros olivos son nuestras esperanzas,
nuestro amor irreductible.
Simbolizan la paz, la justicia y el futuro.
plantados con el sudor
de nuestros largos años de lucha,
cuidados por nuestra historia gloriosa,
regados con nuestras sangres,
y cosechados en nuestras almas.
Nuestros olivos, apasionados por la justicia,
son nuestros días felices
donde todos los sueños toman forma,
donde se cumplen todas las esperanzas,
donde se escriben todas las promesas.
Nuestras raíces son tan profundas como nuestros olivos.
Entre el humanismo del oprimido
y la brutalidad del opresor,
los olivos de la fértil tierra de Palestina
resisten con dignidad.
Nos ayudan a superar la desesperación
en esta ciudad abandonada
llena de historia,
de vida y de bellos recuerdos.
Con nuestros olivos que siguen creciendo en Gaza,
plantados y cosechados
generación tras generación,
estamos esperando algo verdadero,
auténticos días mejores
para nuestro futuro,
¡algo más bello!
Gaza abre su corazón
con una lucha, con una sonrisa,
una dignidad, mucho amor,
mucha esperanza.
Persevera en palabras puras.
Gaza, perseguirás tu dicha
¡con tus olivos que siguen creciendo!
(“Les oliviers poussent encore à Gaza”, poema de Ziad Medoukh, octubre de 2021)