Que nos abracemos en un compromiso

También yo quise huir del mundo. Ustedes me lo impidieron, con sus cartas, con sus palabas por las calles, con su desamparo.

Les propongo entonces, con la gravedad de las palabras finales de la vida, que nos abracemos en un compromiso: salgamos a los espacios abiertos, arriesguémonos por el otro, esperemos, con quien extiende sus brazos, que una nueva ola de la historia nos levante. Quizá ya lo está haciendo, de un modo silencioso y subterráneo, como los brotes que laten bajo las tierras del invierno

(Ernesto Sábato, Antes del fin)