Una espiritualidad sin “Dios” para cambiar la civilización
Para que alguna vez tenga éxito, esta nueva visión debe ser presentada con suavidad. Podemos decir: Aquí está la realidad, ¿no es digna de asombro? ¿Qué más podríamos querer de un Dios? Sí, renunciamos a un Dios que interviene para ayudarnos. Renunciamos al cielo y al infierno. Pero ganamos nosotros mismos, ganamos responsabilidad y madurez de espíritu. Sé que decir que la ética deriva de la evolución socava la autoridad de Dios como su fuente. Pero, ¿necesitamos ahora a ese Dios? Creo que no. Tampoco necesitamos el páramo espiritual que nos ha traído el posmodernismo. Yendo más allá de mi admirado amigo Kenneth Arrow, los parques naturales son valiosos porque la vida es valiosa por sí misma, una maravilla de la emergencia, la evolución y la creatividad. La realidad es verdaderamente asombrosa. Así que, si te parece útil, sigamos adelante, como se dijo hace tiempo, e invitemos a otros a considerar esta nueva visión de la realidad. Con ella, recreemos la comunidad espiritual y la pertenencia. Sigamos adelante. Es necesario cambiar la civilización.
Stuart Alan Kauffman (1939-), prestigioso biólogo estadounidense, ateo, en su artículo “Beyond reductionism: reinventing the Sacred”, 2007