Bertsolaris

Ayer, en Iruñea-Pamplona, se celebró –nunca mejor dicho– la final del campeonato de bertsolaris –poetas improvisadores– del País Vasco, en el pabellón Navarra Arena abarrotado por 13.000 oyentes absortos, jóvenes y mujeres en su gran mayoría.

Fue una fiesta de la palabra y de la atención profunda. Fueron siete horas repletas de genio artístico y de hondura, de poesía improvisada en canto con rima y medida. Una conmovedora exhibición de la más peculiar tradición cultural de este milenario pueblo.

Los ocho participantes de la final –cinco varones y tres mujeres, entre 23 y 48 años– no compitieron, pues el bertsolarismo no es un ejercicio de competición, sino de cooperación y escucha mutua. Cada una trata de suscitar lo mejor del otro y solo así se vuelve capaz de dar lo mejor de sí. “La escucha mutua es un acto revolucionario”, cantó una de ellas. No importa ganar, sino crear juntos. Y ningún premio es en dinero.

Copio la última pieza improvisada por la ganadora de ayer, Maialen Lujanbio, enorme poeta imaginadora y creadora de otro mundo en este mundo. No puedo menos de reproducir el verso con su belleza y su fuerza en vasco, antes de traducirlo torpemente:

Herriak ta hizkuntzak zuten norantzari
gai gehio lotu zaio.
Lehengo ardatzari
ta munduak hartu dun
itxura latzari
aurre egiteko, beraz,
laguna, altza hadi!
Bultza hainbat borroka
ederren martxari,
kontrapisu eginez
eskuin balantzari
txapela bete indar,
mingaina dantzari,
borroka irabazteko
desesperantzari.

 

Nuevos temas se han incorporado
al rumbo del pueblo y de la lengua.
Levántate, pues, amiga/o,
para hacer frente al viejo quicio
y al terrible aspecto
que reviste el mundo.
Empuja al avance
de tantas luchas hermosas,
en contrapeso
a la balanza derechista,
con el trofeo lleno de fuerza
y con la lengua en danza,
para ganar la batalla
a la desesperanza.

Aizarna, 19 de diciembre de 2022