A Barack Obama
Querido Barack Obama: No soy más que un pobre franciscano perdido entre espinos y peñas que a veces florecen. Pero la inmensa ola de simpatía planetaria que Ud. ha despertado me arrastra también a mí y me permito escribirle. Sepa que también los petirrojos de Arantzazu le cantan maravillosamente, como sólo cantan cuando el otoño […]